
Vilagarcía de Arousa no se conforma con celebrar una vez el Año Nuevo y es por eso que desde 1998 la ciudad gallega se adelanta doce horas a las campanadas de la medianoche del 31 de diciembre con una multitudinaria fiesta en la que se toman las uvas y el cava.
Como ocurre cada 31 de diciembre, la ciudad de Vilagarcía de Arousa, en la provincia de Pontevedra, ya ha tomado las uvas con doce horas de adelanto, al ritmo de las campanadas del reloj que preside el ayuntamiento, en la Plaza de Ravella, y sin problemas hasta el número ocho, puesto que a partir de ahí fue necesario recurrir en esta ocasión a la voz en alto.